Esta columna es dórica,
23.33.
Tú cantabas con significado, llorabas a los cuatro vientos la sangre de la boca y la mierda de su cara. Sabías que habías dado con la historia, recuperando lo que tanto y siempre habías echado de menos. Andabas, siendo observada, por las calles –pero con la cabeza bien alta, pero con la cabeza bien alta. El agua aparecía con tu cuerpo, flotabas, con el pelo largo, encontrando tu sentido. Salvaste y creaste. Amaste y sufriste. Pero te recuperaste.
Y yo soy griega.
23.33.
Tú cantabas con significado, llorabas a los cuatro vientos la sangre de la boca y la mierda de su cara. Sabías que habías dado con la historia, recuperando lo que tanto y siempre habías echado de menos. Andabas, siendo observada, por las calles –pero con la cabeza bien alta, pero con la cabeza bien alta. El agua aparecía con tu cuerpo, flotabas, con el pelo largo, encontrando tu sentido. Salvaste y creaste. Amaste y sufriste. Pero te recuperaste.
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